Bill Robinzine fue uno de esos juguetes rotos que se amontonan en el sótano de la NBA. Su ascenso fue rápido, fugaz y efímero. Igual que su vertiginosa caída. Aterrizó en la liga de la mano de los Kings en 1975. Allí estuvo cinco años, salpicados por las lesiones, un entrenador que nunca lo quiso y el despilfarro económico. Su último curso en la NBA, qu…
© 2024 Elio Martínez
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